17 de noviembre de 2010

Haití se enfrenta a la ONU

Dos muertos y una treintena de heridos es el resultado de los enfrentamientos producidos en las calles de Haití entre la población y los cascos azules de la ONU destinados en el país. Una de las muertes se produjo al disparar un soldado de la ONU “en legítima defensa” por un ataque armado de los manifestantes, según la versión ofrecida por la organización internacional.

Imagen: EFE
El pasado lunes cientos de haitianos se echaron a la calle para exigir la salida del país de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití y en señal de protesta y acusación al batallón nepalí por importar al país el cólera, enfermedad que desde que apareciese a finales de octubre ha dejado ya casi 1.000 muertos y más de 15.000 infectados. Los incidentes se produjeron especialmente en Cabo Haitiano, ciudad del norte del país, donde los manifestantes arrojaron piedras y trataron de incendiar una base de las fuerzas pacificadoras.
Naciones Unidas declaró que las movilizaciones no son más que una artimaña de sectores con el interés de manipular políticamente y crispar el ambiente haitiano de cara a las elecciones previstas para el próximo 28 de noviembre. El ganador de los comicios se enfrentará a la reconstrucción del país tras el terremoto que arrasó en enero la capital haitiana, Puerto Príncipe, y que dejó 250.000 muertos.
La ONU ha insistido en que las pruebas realizadas en el campamento de los soldados nepalíes han resultado negativas, por lo que no es verdad que sea el foco del brote de cólera; sin embargo, los laboratorio de Estados Unidos han informado de que la cepa es de origen surasiático. Si a esto se suma que la base nepalí está junto al río que se cree foco de la epidemia en el departamento de Artibonite, los haitianos han estallado en protestas y muestras de indignación contra los cascos azules.
El portavoz de la Minustah, Vicenzo Pugliese, aseguró este lunes que la tensa situación entre la ONU y los haitianos está ahora “bajo control” pero sigue siendo “volátil”. A su juicio, la manifestación no fue espontánea, y estimó que la población vive una situación de “fragilidad emocional” por los acontecimientos vividos en el último año, como el terremoto en enero, la tormenta tropical Tomas a principios de noviembre o el brote de cólera, por lo que puede ser "manipulable".

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