4 de noviembre de 2010

Los republicanos ganan terreno a Obama

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para muchos el salvador de los últimos tiempos, pierde fuelle. Las elecciones legislativas  celebradas el martes en Estados Unidos han arrebatado el poder de la Cámara de Representantes a los demócratas. En el Senado, han revalidado su mayoría por la mínima.
El Partido Demócrata perdió 63 escaños reduciendo los 255 de la última legislatura a 192. Perdía así la mayoría que le permitía controlar el Congreso estadounidense. El Partido Republicano ganó terreno y consiguió la mayoría al aumentar sus escaños de 178 a 243 (la mayoría se establecía en 218 escaños de los 435 totales).  La Cámara de Representantes estadounidense despedirá a su hasta ahora presidenta Nancy Pelosi, y dará la bienvenida al republicano John Boehner como máximo dirigente del órgano.
El Senado, por su parte, seguirá en manos de los demócratas a pesar de que también bajase el número de escaños. Los seguidores de Obama consiguieron salvar su mayoría al conseguir 52 escaños frente a los 48 que obtuvieron los republicanos (resultados). El Senado estadounidense recibirá a Rand Paul y Marco Rubio, dos de los nombres más sonados del movimiento ultraderechista Tea Party. Paul, elegido senador por Kentucky, y Rubio, con victoria en Florida, son dos de los integrantes que han adquirido más relevancia desde que naciese el movimiento de ultraderecha pero presentado bajo las papeletas del Partido Republicano. En la Cámara de Representantes podrían ser hasta 33 los representantes del Tea Party.
Barack Obama ve así cómo los republicanos le roban parte del terreno que ganó hace dos años. En rueda de prensa, afirmó que la derrota “ha sido una paliza” y reconoció errores en su gestión, tanto de contenido como de comunicación.
La aparición de Obama en conferencia de prensa ya fue convocada ayer por la mañana poco tiempo después de que los estadounidenses comenzasen la jornada de elecciones. Los sondeos realizados con anterioridad a los comicios ya auguraban que los demócratas serían castigados. Obama prometió rectificar en sus acciones, aproximarse a sus ciudadanos, dar cabida a nuevas ideas y colaborar con la oposición. Esta disposición se la trasladó a los líderes republicanos tras conocer los resultados.
El mandatario norteamericano admitió también que se encuentra “en una posición política comprometida” y que se verá a un nuevo Obama. Su entorno más cercano apunta a un presidente más moderado, más conservador y, en definitiva, más identificado con el tono político que ha adquirido el país. A pesar de ello, Obama, retratado como uno de los presidentes de Estados Unidos  más progresistas, deberá adaptar sus proyectos al Congreso más conservador de los últimos tiempos del país.
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